Registro de jornada laboral en España: novedades y requisitos vigentes

Desde la aprobación del Real Decreto-Ley 8/2019, de 8 de marzo, el registro de jornada es obligatorio para todas las empresas en España. Esta normativa exige que las empresas registren diariamente la jornada de sus empleados, incluyendo la hora de inicio y finalización, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de las normativas laborales y prevenir abusos. Además, estos registros deben conservarse durante al menos cuatro años y estar disponibles para la Inspección de Trabajo cuando lo solicite.
En 2025, se han introducido nuevas reformas laborales que afectan directamente al registro de jornada y que se espera que entren en vigor antes de finalizar el año. Entre las principales novedades, destaca la reducción de la jornada laboral semanal a 37,5 horas y la obligatoriedad de utilizar sistemas digitales de registro en empresas con más de 50 empleados. Esta medida busca garantizar la transparencia y evitar manipulaciones en los registros. Además, se ha reforzado el derecho a la desconexión digital, exigiendo medidas que garanticen el descanso ininterrumpido de los trabajadores fuera de su horario laboral.
El incumplimiento de estas nuevas normativas conlleva sanciones económicas considerables. Las multas por infracciones leves comienzan en 751 €, mientras que las infracciones graves pueden alcanzar los 187.515 €. Asimismo, la Inspección de Trabajo ha intensificado los controles para asegurar el cumplimiento de la normativa. Las empresas deben aportar pruebas verificables de sus registros de jornada, y se están llevando a cabo auditorías más exhaustivas.
Para adaptarse a estos cambios, las empresas deben implementar soluciones digitales que permitan un registro preciso y seguro de la jornada laboral. Las tecnologías modernas ofrecen diversas opciones, como aplicaciones móviles, sistemas biométricos o plataformas en la nube, que garantizan la integridad de los datos y su acceso en tiempo real. Además, es fundamental capacitar a los empleados en el uso adecuado de estos sistemas para evitar errores o incumplimientos.
Un aspecto clave es que los registros en papel ya no cumplen con los estándares de seguridad e inalterabilidad exigidos. Las empresas que sigan utilizando métodos tradicionales podrían enfrentarse a sanciones económicas y mayores riesgos legales. La transición a sistemas electrónicos no solo facilita la gestión del tiempo de trabajo, sino que también permite a las empresas cumplir sus obligaciones de manera más eficiente y automatizada.
El registro de jornada también tiene un impacto en otros ámbitos de la relación laboral, especialmente en la conciliación entre la vida profesional y personal. La correcta aplicación de estas normativas ayuda a evitar la sobrecarga laboral y mejora el bienestar de los empleados, lo que, a su vez, repercute positivamente en la productividad y el ambiente de trabajo. Cumplir con estas regulaciones no solo evita sanciones, sino que también refuerza el compromiso de la empresa con la calidad de vida de sus empleados.
En conclusión, las empresas deben prepararse para estas reformas implementando sistemas de registro de jornada que cumplan con los nuevos requisitos legales. La adopción de tecnologías avanzadas, la formación de los empleados y la adaptación a los nuevos límites de jornada son fundamentales para garantizar el cumplimiento de la normativa y fomentar un entorno de trabajo más transparente y favorable para los trabajadores.