¿Para qué sirve un dictamen pericial privado en un proceso judicial?
Cuando en un proceso judicial existen hechos controvertidos que no pueden ser evaluados por el conocimiento profesional de un juez, se podrá considerar la posibilidad de presentar un dictamen pericial como medio de prueba. A menudo, resulta oportuno solicitar un dictamen privado sobre la causa del daño o el estado defectuoso de un producto antes del litigio para poder evaluar mejor las propias perspectivas del proceso. Sin embargo, con frecuencia, el dictamen pericial no es reconocido por la parte contraria y el juez debe designar un perito oficial para el enjuiciamiento de los hechos. Suele ocurrir entonces que los diferentes dictámenes periciales se contradigan entre sí en cuanto a su contenido. En noviembre de 2019, el Tribunal Federal de Justicia alemán [Bundesgerichtshof, de forma abreviada, BGH] estableció en una importante resolución (VIII ZR 344/18) que los jueces tienen que examinar detalladamente las posibles contradicciones entre el dictamen privado y el dictado emitido por el perito que ha sido designado judicialmente.
En el caso al que nos remitimos, los jueces se habían guiado por el dictamen privado sin aclarar las contracciones surgidas frente al dictamen pericial judicial. El Tribunal Federal de Justicia alemán [BGH] deja claro que, en tal supuesto, se debe escuchar personalmente a ambos peritos en un careo, llegado el caso, para identificar el motivo de dichas contradicciones. Si esto tampoco ayuda a aclarar la situación, deberá ser designado otro perito, si procede. Resulta interesante señalar el hecho de que el juez no sólo valoró la concreta situación como una defectuosa valoración de la prueba (en cuyo caso esta cuestión sólo habría sido objeto de una revisión limitada en la instancia de casación) sino como una infracción del derecho constitucional a ser oído. Un juez tiene que razonar todos los hechos y argumentos expuestos por las partes y esto también incluye las conclusiones a las que llegue un perito.