Por primera vez, desde principio de 2016, se reconocen legalmente los abogados de empresa como „Letrados“. Las desencadenantes de esta nueva regulación han sido tres sentencias del Tribunal Federal de Seguridad Social de 2014; el Tribunal había negado hasta entonces el “carácter de letrado“ de la actividad de los abogados de empresa. Esto tenía sobre todo consecuencias en relación a las obligaciones del seguro de pensiones de los abogados de empresa.

Con esta nueva situación legal el abogado de la empresa tendrá que darse de alta en el correspondiente Colegio de Abogados. Entonces podrá asesorar y representar a su empleador en temas legales. Sin embargo, sólo podrá hacerlo en litigios civiles y laborales cuando la intervención letrada no sea obligatoria. Así pues, por ejemplo, no podrá actuar en procesos seguidos ante el Tribunal Regional (“Landgericht”) o Audiencia Territorial (“Oberlandesgericht”). Por el contrario, es posible la representación sin limitación del empleador en procesos judiciales de carácter económico-administrativo, administrativo y social.

Si el abogado de empresa también se da de alta como abogado establecido por su cuenta, no estará sujeto a las mencionadas limitaciones de representación de su empleador. Sin embargo, deberá facturar entonces su actividad como si fuera un abogado establecido por su cuenta.

En materia de asuntos penales y de sanciones administrativas el abogado de empresa no podrá ni representar ni defender a la empresa en la que está contratado si el supuesto delito está relacionado con temas de la empresa.

El hecho de que el abogado de empresa no esté equiparado en todos los aspectos al abogado establecido por su cuenta, pone de manifiesto entre otras cosas, que aunque en procesos civiles goza del derecho de los testigos a no prestar declaración, no sucede lo mismo en los procesos penales. Habrá que esperar qué eficacia tiene en la práctica esta nueva regulación.