Arranca el 2019 con novedades en el ámbito laboral. Se ha incrementado el salario mínimo interprofesional (SMI) en un 22,3%, la mayor subida en cuatro décadas, alcanzando los 900.-€ mensuales, lo que supone un aumento de 191,40 € respecto a 2018.

Ésto afecta, entre otros, al contrato en prácticas, cuyo objeto es permitir a los recién licenciados obtener la práctica profesional adecuada su nivel de estudios e iniciarse en el mundo laboral. Este contrato puede ser interesante para las empresas, pues prevé una retribución que en el primer año de su vigencia no podrá ser inferior al 60% y en el segundo año al 75% del salario establecido en el Convenio Colectivo (“CC”) aplicable. No obstante, la remuneración resultante de aplicar esos porcentajes al salario del CC nunca podrá ser inferior al SMI antes indicado. Como consecuencia, y teniendo en cuenta esta subida, las empresas que quieran celebrar contratos en prácticas deberán tener en cuenta este nuevo importe del SMI (en relación con las tablas del CC) a la hora de determinar el salario mínimo de los trabajadores con contrato de prácticas. Otra novedad consiste en la derogación, con efectos desde el 1 de enero de 2019, de los incentivos relacionados con estos contratos, que estaban vinculados a la tasa de desempleo en España, al situarse ésta por debajo del 15%. No obstante, queda por determinar lo qué pasará si la tasa de desempleo vuelve a subir.

En lo demás, siguen vigentes los requisitos para poder firmar este tipo de contratos: su duración mínima es de 6 meses y la máxima de 2 años y sólo podrán celebrarse siempre que el trabajador tenga un título universitario (o título equivalente) y que no hayan pasado más de cinco años desde la finalización de sus estudios. Asimismo, el trabajador no puede haber estado contratado bajo esta modalidad por más de dos años en la misma o distinta empresa por la misma titulación o en la misma empresa para el mismo puesto de trabajo, aunque se trate de distinta titulación.