El pasado 20 de mayo, el Ayuntamiento de Madrid hizo pública una batería de medidas de choque para frenar la “desertización residencial” del casco histórico de la ciudad, ordenar la oferta turística y favorecer la convivencia entre vecinos y visitantes. Y es que, según el consistorio, en el Distrito Centro hay un turista alojado por cada vivienda residencial, uno de cada nueve en el resto del centro de la ciudad.

En Madrid, como en muchas otras ciudades conviven distintos tipos de alojamientos turísticos, con las viviendas residenciales: hoteles, apartahoteles, pensiones y las viviendas de uso turístico, “VUT”. Éstas se definen como: “los pisos, estudios, apartamentos o casas amueblados y equipados en condiciones de uso inmediato, son comercializados y promocionados en canales de oferta turística o por cualquier otro modo de comercialización o promoción, para ser cedidos en su totalidad con fines de alojamiento turístico y a cambio de un precio.”

Para poder destinar una vivienda a arrendamiento turístico, la misma tiene que cumplir determinados requisitos físicos, ya que la superficie determina la capacidad de alojamiento de la vivienda, pero también, dependiendo del distrito, el edificio en el que se ubica determina la posibilidad o no de implantación de una VUT. En el caso de edificios en el Centro histórico de Madrid, la posibilidad es muy limitada: Desde 2019, se endurecieron los requisitos, estableciendo el Plan Especial de Hospedaje condiciones más restrictivas que las del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM): en términos generales, en edificios de uso residencial sólo se permite implantar VUTs en planta baja (si el uso es comercial) o en planta primera si la vivienda tiene acceso independiente desde la calle, lo que hace en numerosos casos imposible la implantación de dicha actividad.

Las VUTs deben contar, con la correspondiente Declaración responsable de inicio de actividad, el Certificado de idoneidad para vivienda de uso turístico (CIVUT) y estar inscritas en el Registro de Empresas Turísticas de la Comunidad de Madrid, sin perjuicio de otras licencias.

Se estima que en Madrid existen unas 13.000 VUTs, mientras que autorizadas sólo constan 1008. La publicación de dicho registro de VUTs es una de las 5 medidas de choque del Ayuntamiento para evitar, como decíamos, la “desertización residencial” del casco histórico de la ciudad.

Las otras cuatro consisten en (i) la suspensión de la concesión de nuevas autorizaciones a viviendas de uso turístico hasta la aprobación de la modificación del plan general, (ii) el endurecimiento del régimen sancionador; (iii) el incremento de inspecciones y (iv) la modificación del plan general, que será aprobada, previsiblemente, en el primer trimestre de 2025.

Hasta entonces, se hace imprescindible revisar el cumplimiento de las condiciones y requisitos con el fin de evitar sanciones y/o el cierre de la actividad, teniendo en cuenta que, en la actualidad, la implantación de nuevas VUT es imposible. Lo que es seguro es que la nueva normativa en modo alguno será más permisiva que la vigente.