La reinvención del Canon Digital
La problemática de la compensación equitativa por copia privada parece no tener final. Tras idas y venidas judiciales y la anulación de todos los intentos previos de regularla, el Gobierno presentó a principios de año un nuevo borrador para su regulación. Recordar que la citada compensación es un mecanismo para resarcir a los titulares de derechos de propiedad intelectual por el denominado límite de copia privada. Es decir, dado que los adquirentes de obras protegidas tienen el derecho de realizar una copia de las mismas para uso privado (por ejemplo una copia del CD de Isabel Pantoja para el coche) el objetivo de la ley es crear un sistema que compense adecuadamente a los titulares por dicho menoscabo a sus derechos.
Ya en 2010 se hizo mundialmente famoso el Gobierno español cuando el Tribunal Europeo de Justicia (TJUE), en su decisión C-467/2008, declaró la nulidad del sistema español, al contener una regulación indiscriminada que no diferenciaba entre empresas y particulares. En concreto, reconoció que las empresas no estaban obligadas a abonar la compensación y debían quedar fuera del sistema, lo que no estaba garantizado. En 2011, el nuevo Ministro de Cultura, el Sr. Wert, decidió que en adelante la compensación sería detraída directamente de los Presupuestos Generales del Estado, lo que fue anulado por el TJUE (470-2014) en junio del año pasado, recordando nuevamente que debe garantizarse que los no obligados al pago queden fuera. El nuevo borrador de Real Decreto vuelve al sistema anterior, es decir, el establecimiento de un canon digital que gravará todo tipo de dispositivos y soportes aptos para la realización de copias privadas, tales como CD’s, móviles, USB’s, discos duros, etc. lo que volverá a encarecer dicho productos. No obstante, esta vez nos dicen que sí quedará garantizado que los no obligados queden excluidos del pago, facilitándose un sistema de devolución para éstos. Confiemos en que este sistema sea el definitivo, aunque en nuestra opinión ignora la evolución de la industria de entretenimiento que con plataformas de Streaming como Netflix, HBO, Spotify, etc. nos lleva a un nuevo modelo en el esta regulación parece no acabar de encajar.