No es ninguna excepción que las partes de una relación laboral se vean obligados en algún momento a cambiar el contenido del contrato de trabajo que les une. Las disposiciones originales pueden cambiarse por mutuo acuerdo de la empresa y el empleado mediante la adopción de un acuerdo complementario al contrato inicial. Dado que no se busca modificar el contrato inicial en su totalidad, sino en parte, dichos anexos suelen establecer la siguiente cláusula final: “Todas las demás cláusulas del contrato de trabajo se aplicarán sin alteración alguna.”

Ahora bien, hay que poner mucho cuidado con el uso de tales fórmulas pues pueden ocasionar efectos indeseados, tal y como expone el Tribunal Federal Laboral (BAG) en su sentencia de 13 de mayo de 2015 (4 AZR 244/14). En este caso concreto, las partes habían optado inicialmente por aplicar el sistema del convenio colectivo de tarifa salarial para definir el salario correspondiente, adaptable a las tarifas aplicables en cada momento. Tal correlación quedó sin aplicación al dejar de estar la empresa sujeta al convenio colectivo, y ello sin haber modificado el contrato de trabajo. Quedó así el empleado desprovisto de su derecho a percibir futuras subidas salaria-les en función de las tarifas salariales. Unos años después, las partes concluyeron una modificación contractual mediante la adopción de un anexo que establecía la cláusula final arriba descrita. El BAG consideró que al incluir tal cláusula había quedado reactivada la correlación del salario del trabajador al convenio colectivo sectorial. Es decir, si bien quedaron excluidas las subidas salariales por falta de aplicación del convenio, dichas subidas habían vuelto a cobrar validez entre las partes de forma voluntaria, por haberse incluido la referida cláusula en el acuerdo complementario.

Por todo ello, la empresa que desee realizar cambios en los contratos de trabajo, deberá poner mucho cuidado a la debida redacción del anexo al contrato de trabajo.