Si los acreedores, en el marco de las medidas de saneamiento económico, remiten a una empresa las deudas de manera total o parcial, aumenta el patrimonio empresarial sujeto al pago de impuestos. Esto tiene como consecuencia que las empresas deben declarar las “ganancias por reestructuración“ derivadas.

Mediante un aplazamiento o una exención de impuestos sobre ganancias de reestructuración las oficinas tributarias podían ayudar a las empresas afectadas que cumpliesen determinados requisitos. En caso de existir un plan de saneamiento financiero se consideraban cumplidos dichos requisitos.

Por auto de la Cámara Grande de la Corte Federal Fiscal (GrS BFH) del 28 de noviembre de 2016 (n° de expediente: GrS 1/15), publicado el 7 de febrero de 2017, se rechaza exención de impuestos en operaciones de reestructuración empresarial, argumentando que el previsto favorecimiento de las ganancias por saneamiento vulnera el principio de legalidad de la acción administrativa.

Por lo tanto, la generalmente practicada exención de impuestos en operaciones de reestructuración, , deja de ser aplicable. Esto supone en la actualidad una gran inseguridad jurídica para los procedimientos de reestructuración financiera y una considerable restricción de los recursos de saneamiento a disposición.

De este modo, las ganancias que obtienen las empresas con riesgo de insolvencia cuando los acreedores renuncian a sus pretensiones quedan sujetas al pago regular de impuestos desde la anulación de la exención fiscal legal. Con esta decisión, la Corte Suprema no se pronuncia en general en contra del apoyo mediante medidas de equidad basadas en una instrucción administrativa, pero establece sin embargo como condición que la ayuda se fundamente en el estudio concreto de cada caso en particular.