Las sedes de varias empresas fabricantes de automóviles han sido inspeccionadas por inspectores comunitarios por un supuesto cártel, entre ellas Daimler, BMW y VW, así como sus empresas asociadas correspondientes. Las inspecciones se limitan a primeras comprobaciones que no conllevan, de momento, la apertura de una investigación formal. Se sospecha que hayan pactado elementos clave de la planificación de su estrategia empresarial, su estructura de costes, el uso de determinadas tecnologías y sus proveedores, lo que podría significar una práctica anticompetitiva. No obstante, estos acuerdos pueden ser conformes a la ley como lo son, por ejemplo, los realizados para acordar normas estándar para coches eléctricos. El requisito para considerar estos acuerdos como legales es que supongan una ventaja para el consumidor que de otra manera, no se podría conseguir. No obstante, en este caso no está claro si los acuerdos se mantuvieron dentro de este marco legal o si habrían superado el límite. Daimler y VW han solicitado clemencia. Daimler, al haberla solicitado primero, podría probablemente beneficiarse de las regulaciones para los solicitantes de clemencia, minorándose o condonándose totalmente la posible multa. Las empresas que denuncien un posible cártel en el que participan, no solo pueden beneficiarse de la normativa para los solicitantes de clemencia antes de que la Comisión Europea tenga conocimiento de ello, sino que podrían beneficiarse también después de que la Comisión sospeche un cártel si la empresa solicitante aporta pruebas significativas en el proceso para demostrar la existencia de este cártel.

BMW se muestra “extrañado” por las solicitudes de Daimler y Volkswagen y expone que analizándolo con perspectiva, es extraño haber negociado con los competidores una posible cooperación mientras que sus abogados ya estaban denunciando los encuentros a las autoridades de competencia.

Habrá que esperar a que se abra, si se abre, una investigación formal y sus posibles consecuencias.