El 18 de julio de 2018, la Comisión Europea ha impuesto a Google una multa de cerca de 4,34 mil millones de euros por vulnerar las normas antimonopolio de la UE, siendo así la multa más alta en la historia de la Comisión. Desde 2011, Google ha impuesto restricciones ilegales a los fabricantes de dispositivos Android y a los operadores de redes móviles para consolidar su posición dominante en los servicios de búsqueda general en internet.

En particular, se criticó la práctica de Google de obligar a los fabricantes a preinstalar la aplicación Google Search y el navegador Chrome como condición para conceder la licencia de su tienda de aplicaciones, Play Store. Más allá, Google ha realizado pagos a determinados grandes fabricantes y operadores de redes móviles a condición de que preinstalaran exclusivamente la aplicación Google Search en sus dispositivos, mientras que fabricantes que deseaban implementar versiones alternativas de Android, no aprobadas por Google, en sus móviles (las así llamadas “bifurcaciones de Android”) no han recibido la licencia de Google para preinstalar sus aplicaciones.

El importe extremadamente alto de la multa es debido al excesivo volumen de negocios de Google, así como por la duración y la gravedad de la infracción. Google ahora tiene un plazo de 90 días para cumplir con las obligaciones impuestas por la Comisión. Si Google no garantiza este cumplimento, le podrían imponer multas de hasta el 5 % del promedio del volumen diario del negocio mundial de Alphabet, la empresa matriz de Google. Además, Google ha sido amenazada con otras demandas civiles por daños y perjuicios por parte de particulares que se ven perjudicados por las prácticas anticompetitivas de la empresa estadounidense.