La Audiencia Nacional absuelve a los acusados del caso Bankia de los delitos de estafa y falsedad contable
La Audiencia Nacional dictó el pasado 29 de septiembre la sentencia que pone fin a la causa penal que se inició hace casi 8 años en la que se debía decidir si los directivos de Bankia dieron información falsa a los inversores cuando en julio de 2011 acudieron a la salida a Bolsa. Hecho éste que supuso millones de pérdidas y la pérdida de los ahorros de miles de pequeños inversores. Durante el procedimiento judicial fueron acusadas 31 personas físicas y tres jurídicas - Bankia, su matriz BFA y la auditora Deloitte - por los delitos de falsedad contable y estafa a los inversores. Esta sentencia ha absuelto a los acusados en base a los siguientes argumentos:
Primero, porque entiende que el folleto de salida a bolsa advertía a los inversores de Bankia de los riesgos de la operación, contemplando, en concreto, hasta 36 riesgos. Riesgos que, además, considera el juez, fueron expuestos de manera “exhaustiva, clara y que cualquiera entendería”. Se afirma también en la sentencia que este folleto contenía información más que suficiente para que todos los inversores se formaran un criterio razonado sobre el valor de la compañía que se ofertaba.
El segundo motivo expuesto por el Juzgador para absolver a los acusados fue el hecho de que la salida a Bolsa contó con la supervisión y aprobación de los supervisores bancarios, es decir, del Banco de España, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria y de la Autoridad Bancaria Europea. En concreto, concluye que fue el Banco de España el que, tras analizar las ventajas y los inconvenientes, aprobó la decisión sobre la forma y la estructura de doble banco de Bankia para su salida a Bolsa.
Por último, la sentencia concluye en su argumentación para absolver a todos los acusados que las acusaciones a éstos fueron genéricas y no se les atribuyeron actos concretos en el juicio, lo cual, resulta necesario para probar la comisión de un delito.
Estamos, pues, ante una sentencia sorprendente que muy probablemente sea recurrida, al menos, por las acusaciones particulares.