Si tenemos en cuenta las numerosas obligaciones que tienen los vendedores profesionales, el riesgo a ser amonestado ante una vulneración de las normas de competencia no es nada bajo: vulneraciones de obligaciones de etiquetado, informaciones omitidas o engañosas, imitación desleal de productos ajenos y mucho más, lo que puede tener como consecuencia que los competidores o las asociaciones de defensa de consumidores amonesten de manera justificada a los vendedores, incluso si la vulneración de obligaciones se ha producido sin ninguna culpa. Para el amonestado, la consecuencia es la prohibición en el futuro de repetir la vulneración, ya sea con base a una declaración de cesación o de un título judicial. En caso de repetición, corre el riesgo de tener que pagar una pena contractual o una multa.

En el caso de las llamadas vulneraciones continuadas, no basta simplemente con la cesación de una actuación. En estos casos, el deudor de una acción de cesación tiene que eliminar de manera activa el origen de la vulneración y p.ej. retirar la publicidad ilegal. Durante un tiempo, en Alemania no estaba claro cuáles eran las obligaciones del fabricante en el caso de la comercialización ilegal de un producto. 

El Tribunal Superior alemán (BGH) ha dejado claro en dos decisiones recientes que el fabricante está obligado a proceder a la recuperación de los productos ilegales comercializados que estén en posesión de compradores profesionales. Esto también se aplica en caso de medidas cautelares. Para el infractor, esto conlleva, además de pérdidas económicas, una pérdida de imagen frente a sus clientes. Por lo tanto, es más importante que nunca para el vendedor tomar medidas activas de prevención de vulneraciones de las normas de competencia, con el fin de que no haya sorpresas desagradables.