Según ha indicado la prensa deportiva, recientemente el FC Barcelona estaba evaluando la opción de despedir al jugador Ousmane Dembélé, o de apartarle de los entrenamientos del primer equipo. Aunque finalmente no se ha llevado a cabo ninguna de estas acciones, resulta interesante revisar estas posibles medidas y sus consecuencias desde un punto de vista jurídico.

Al contrario de lo que sucede en el derecho alemán, donde un despido de un deportista sin justa causa resulta en la nulidad y readmisión, en España existe una normativa específica sobre la relación laboral de deportistas profesionales (Real Decreto 1006/1985), que regula en su artículo 15 los efectos del despido de un deportista. Para el caso de un despido sin causa justificada, esta norma no declara la nulidad del despido, sino su improcedencia, lo cual significa que el deportista no tiene derecho a readmisión, sino solamente a recibir una indemnización económica. Salvo que exista acuerdo sobre la cuantía de la indemnización, por ejemplo, en el contrato de trabajo o mediante posterior acuerdo, la indemnización se fija de acuerdo a las circunstancias de cada caso y no puede ser inferior a dos mensualidades. Circunstancias que afectan a la cuantía son, entre otras, si el deportista tiene la posibilidad de firmar contrato laboral con otro club, por ejemplo, porque el despido se lleva a cabo antes de un periodo de traspasos, la edad del deportista o posibles lesiones. En ocasiones, el club tiene que pagar todo lo debido hasta el final previsto del contrato. Para aplicarlo al caso específico del futbolista Dembélé, al despedir al jugador después del 1 de febrero, en un momento en que el periodo de fichajes ya estaba cerrado y el jugador no podría firmar con otro club, es bastante probable que un juez hubiera otorgado al jugador una indemnización equivalente a los salarios pactados hasta el fin de su contrato laboral en junio de 2022.

Por lo tanto, al contrario de lo establecido en el derecho alemán, en España el despido de un deportista sin causa justificada es posible, ya que el deportista no tiene derecho a reincorporarse a su puesto de trabajo, pero sí tiene una indemnización económica.

Referente a la posibilidad de apartar a los deportistas de los entrenamientos del equipo, el Real Decreto 1006/1985 establece en su artículo 7.4 el derecho del deportista profesional a la ocupación efectiva, prohibiendo a los clubes excluirle de los entrenamientos. En caso de incumplimiento por parte del club, el deportista puede hacer efectivo su derecho a participar en los entrenamientos por vía judicial, y, lo más importante, un incumplimiento duradero puede dar derecho al jugador a rescindir el contrato y solicitar una indemnización que se calcula según los principios de indemnización por despido improcedente. Consecuentemente, en la actualidad no es muy usual que un club excluya a un futbolista sin motivo y de forma permanente de los entrenamientos.