En el marco del llamado Cash Pooling -o bien centralización de tesorería dentro de un grupo- se suelen juntar los saldos de cuentas de las sociedades participantes de un banco o varios en una sociedad, pudiéndose gestionar desde la misma la líquidez como la optimización de condiciones de financiación externa asumida por el grupo. A tal fin se acuerda por un lado con los bancos y por el otro entre las sociedades del grupo empresarial, siendo los acuerdos de las últimas verificadas por las autoridades tributarias de los países intervinientes en razón a las determinaciones estipuladas para los pertinentes precios de transferencia a modo de procurar cierto control de adecuación. En una sentencia del 17/01/2018 emitida por el Tribunal Federal Supremo de lo Fiscal (BFH I R 74/15) publicada recientemente fueron considerados los pagos a la matriz de un grupo empresarial como dividendos encubiertos al no haber un claro acuerdo por escrito precedente que establezca el efectivo interés aplicado ya que variaba entre el tipo mayor y menor en la contabilidad de las cuentas financieras correspondiente a cada sociedad interviniente dentro de un margen relativamente amplio y no se podía excluir la facultad arbitraria de la administracion y de la asamblea de los socios para la determinación y calculación del interés en el Cash Pool.

En otro procedimiento de revisión (BFH III R 37/17) el Tribunal deberá ocuparse de la cuestión de los requisitos de compensación de costes de intereses e interés devengado dentro de un Cash Pool al considerar la no deducibilidad parcial de gastos por intereses según § 8 Nr. 1 a GewStG (Ley Alemana del Imp. sobre Actividades Económicas). La hasta ahora presente jurisprudencia analizada indica claramente que a través de una confección de contratos legales adecuada y la gestión consecuente de acuerdos consiguientes para un Cash Pool se pueden evitar problemas tributarios.