La inminente entrada en vigor de la Ley 11/2023, de 8 de mayo, de (entre otras cosas) digitalización de actuaciones notariales y registrales va a suponer grandes avances en materia de constitución telemática de sociedades y servicios notariales en línea. A continuación, haremos una breve exposición de las principales novedades de la Ley y las compararemos con proyectos legislativos previos.

La Ley 11/2023 tiene un capítulo dedicado al Derecho de sociedades y, en especial, a la implantación de herramientas y procesos digitales, siendo la principal la posibilidad de constituir una sociedad de manera totalmente telemática, sin necesidad de que los socios fundadores tengan que comparecer ante notario. No sólo flexibiliza el proceso de constitución en este sentido, sino que también se acortan los plazos de inscripción en el Registro Mercantil. La Ley 11/2023 modifica también la Ley de Sociedades de Capital y establece que, si la constitución se ha formalizado en escritura estandarizada con estatutos tipo, se llevará a cabo en el plazo de seis horas hábiles. La tramitación online se prevé también para todos los trámites necesarios para las sociedades y para la constitución telemática de sucursales.

Con estas novedades, el legislador pretende dar un paso más en las casi dos décadas de desarrollo normativo para simplificar y abaratar la constitución de sociedades. Entre las medidas que se han ido adoptando a lo largo de los años, el legislador español redujo los tiempos de constitución y los requisitos de capital social mínimo de manera drástica. No obstante, estas medidas tenían restricciones, como las limitaciones al número de socios fundadores o la presencialidad en su constitución, que hizo que no tuvieran el éxito previsto.

Es por ello, que con la entrada en vigor de la Ley 11/2023 el legislador español ha intentado corregir los déficits encontrados en las medidas anteriores teniendo, como principal eje conductor la preferencia por las soluciones telemáticas.

No obstante, cabe cuestionarse hasta qué punto estas medidas van a ser aplicadas por los operadores económicos y jurídicos, en tanto que plantean, a día de hoy, problemas de aplicabilidad. La dificultad de identificar a los socios fundadores a distancia o la necesaria fe notarial de los documentos constitutivos de las sociedades son igualmente cuestiones que la nueva ley parece no dar respuesta inmediata.

En general, esta Ley se recibe con optimismo por parte de los operadores jurídicos y las empresas. No obstante, habrá que estar atentos a la normativa de desarrollo, a la práctica notarial y judicial para poder comprender el encaje de estas novedades en el marco jurídico español, ya que, de antemano, la Ley 11/2023 resulta a todas luces deficiente.