El comienzo de año trae consigo un período de tiempo suficiente para ocuparse de la prescripción de reclamaciones. El plazo ordinario de prescripción es de tres años según el Derecho alemán y comienza al final (!) del año en que hubiere nacido el derecho de reclamación. Por supuesto, existen además otros plazos procesales y plazos de caducidad material (interposición de acciones del agente comercial); sin embargo, el plazo de prescripción de tres años debería ser conocido por todo empresario y debería formar parte de los procedimientos estándar absolutos la revisión de las partidas abiertas con la debida antelación (!) antes de que finalice el año. Así, si un derecho de reclamación prescribe, la parte adversaria de la pretensión puede negarse al pago.

Pero, ¿qué hacer cuando hay riesgo de prescripción? Siempre que el Derecho alemán sea aplicable existen distintas posibilidades para suspender la prescripción. Durante el período de la suspensión – y, normalmente, un tiempo de conexión desde que acaba la suspensión – no corre el plazo de prescripción. Los tres medios habituales para suspender la prescripción son:

       1. Negociación

La mera negociación sobre el derecho de reclamación puede suspender la prescripción. No obstante, esto es demasiado arriesgado. Pues, ¿qué es una “negociación”? ¿Cuándo comienza y cuándo termina? Algo más de seguridad jurídica puede obtenerse a través de la renuncia a la prescripción, ya que debe acordarse con la parte contraria. Sin embargo, esto no resulta sencillo ya que la parte adversaria de la pretensión no tendrá ningún interés en ello. A veces, se alerta con ello de la inminente prescripción – al menos si está asesorada por un abogado, ya que todo abogado revisa la prescipción como posible primera objeción frente a la reclamación.

       2. Demanda

Lo más seguro es la interposición de una demanda (o el inicio de un procedimiento de arbitraje si ha sido acordada una cláusula de arbitraje). No obstante, esto suele resultar complicado en la práctica, ya que los plazos de tramitación raramente son cortos. Si se descubre una posible prescripción a finales de noviembre y se contrata a un abogado a mediados de diciembre, apenas si resultaría posible aclarar los hechos y, además, con frecuencia, se asumirían costes elevados sin que se pudiera llegar a una conclusión definitiva sobre las opciones de la demanda debido al reducido plazo.

       3. Requerimiento judicial de pago

Por ello, una alternativa más económica es solicitar un requerimiento judicial de pago. También esto suspendería la prescripción. Las costas judiciales supondrían sólo un tercio de la demanda y, además, la solicitud no debe ser fundamentada. La solicitud sólo resulta posible en caso de reclamaciones de pago y en caso de oposición se pasa a un procedimiento contencioso; no obstante, en el ámbito de aplicación el requerimiento judicial de pago es una opción segura.

Además, existen otros casos de suspensión de la prescripción (litisdenunciación, solicitud de mediación, alegación de fuerza mayor); sin embargo, los medios arriba mencionados deben ser conocidos por todo empresario.