Cinco motivos para optar por cláusulas contractuales de arbitraje
Aunque pueda parecer una formalidad engorrosa para muchas empresas, las cláusulas de elección de foro o –alternativamente– las cláusulas de arbitraje son imprescindibles, especialmente en los contratos comerciales internacionales; pues el resultado de un litigio puede depender a menudo de dónde debe resolverse y de las normas aplicables.
A menudo, los acuerdos atributivos de competencia a los tribunales estatales se celebran de forma precipitada, sin que las partes contratantes hayan reflexionado realmente sobre las alternativas que podrían existir. En este contexto, ante todo hay que tener en cuenta las cláusulas de arbitraje. Existen muchos prejuicios contra los tribunales de arbitraje y uno de ellos es el supuesto mayor coste que conllevan. Aparte del hecho de que las costas procesales dependen de la naturaleza del litigio, así como naturalmente también de la cuantía del mismo, hay una serie de ventajas de los procedimientos de arbitraje en comparación con los procedimientos ante un tribunal estatal que no deben subestimarse:
1. Las partes tienen plena libertad para elegir el lugar del arbitraje y las normas de arbitraje, p.ej., en un tercer país con el que ni el contrato ni las partes tengan relación alguna.
2. El idioma del procedimiento de arbitraje puede elegirse libremente, p.ej., el inglés; no obstante, también puede considerarse cualquier otro idioma acordado por las partes.
3. A diferencia de los procedimientos ante los tribunales estatales, los procedimientos de arbitraje pueden desarrollarse con la mayor confidencialidad posible. Esto puede ser especialmente relevante si el objeto de la disputa es o pueden llegar a ser secretos comerciales de una empresa u otra información sensible.
4. La mayoría de las normas de arbitraje establecen que el laudo arbitral debe dictarse en un plazo relativamente corto (p.ej., seis meses después del esbozo del denominado Terms of Reference según las normas de arbitraje de la CCI). Aunque la duración real de los procedimientos de arbitraje suele ser más larga, una ventaja es que sólo hay una instancia en el procedimiento arbitral y no hasta tres instancias como prevén la mayoría de las normas estatales de procedimiento civil.
5. Incluso, el argumento de que los procedimientos de arbitraje son más caros que los procedimientos ante los tribunales estatales no son necesariamente ciertos. No menos importante es que la concentración en una instancia a menudo significa que los procedimientos de arbitraje no son en todo caso más caros que los procedimientos estatales, aparte de la duración considerablemente más larga de los procedimientos estatales.
Las cláusulas de arbitraje también están sujetas a requisitos formales, que son de gran importancia, ya que sólo las cláusulas válidamente pactadas permiten recurrir al tribunal de arbitraje. Si no se atiende a ello, puede surgir una disputa legal sobre la validez de dicha cláusula. Por supuesto, esto es muy contraproducente.