Cataluña se encamina hacia un “Brexit duro”
Existe incertidumbre sobre la celebración del referéndum de independencia de Cataluña anunciado para el 1 de octubre de 2017. El TC ha declarado inconstitucional la ley en base a la cual el Gobierno de la Generalitat pretende convocar a los catalanes para decidir sobre la independencia. El Estado ha denunciado a los políticos catalanes con motivo de la discusión y aprobación de la ley del referéndum independentista. En el supuesto de que los catalanes voten mayoritariamente a favor de la independencia, Cataluña se declarará unilateralmente como una República independiente. No se pretende entrar a valorar el valor jurídico de la declaración independentista, ni tampoco las medidas que están a disposición del Estado. Resulta interesante que el borrador de la ley de secesión catalana asume que Cataluña seguirá en la misma posición internacional que si continuara siendo parte de España y presupone la permanencia en la UE.
La UE ya ha anunciado que si un territorio de un Estado miembro deja de ser parte de ese estado porque se convierte en independiente, esto da lugar a que dicha región dejará de ser miembro de la UE. Y, por consiguiente, en las relaciones entre Cataluña y los Estados miembros dejará de aplicarse la normativa comunitaria. Esto tendrá un grave impacto en las relaciones contractuales entre las empresas catalanas y europeas. Así, no resultarán de aplicación ni los reglamentos que determinan la legislación aplicable para los contratos transfronterizos ni las disposiciones sobre la competencia jurisdiccional. Cataluña –en el caso de que sea reconocida como Estado- se retrotraería al estatus de un país tercero carente de vínculos internacionales. Además, la normativa regulada en la CISG dejará de ser aplicable, dado que a dicha Convención se adhirió España como Estado. Esto conduciría a una gran inseguridad jurídica en el marco de las transacciones comerciales. El planteamiento del Gobierno de la Generalitat se asemeja a un “Brexit duro”, en el que se ha obviado el período de reflexión y la fase de negociación.