La segunda mayor aerolínea en Alemania, Air Berlin, ha presentado el 15 de agosto de 2017 la solicitud de apertura de un proceso de insolvencia bajo autogestión. El Tribunal competente todavía no ha adoptado una resolución definitiva sobre dicha solicitud; no obstante designó a un administrador provisional para que supervisara la gestión de la compañía. El procedimiento de insolvencia (provisional) lleva aparejado una serie de consecuencias procesales (civiles).

A diferencia de los procedimientos de ejecución ya iniciados, los procedimientos judiciales en curso no quedan interrumpidos por el procedimiento de insolvencia provisional. Esta paralización sí se llevaría a cabo tras la apertura del procedimiento de insolvencia definitivo – o en caso de incumplimiento de la orden de transferir la administración de la sociedad – y la facultad de administración y disposición sería adquirida por un administrador concursal provisional. Sin embargo, el resultado de estas actuaciones judiciales no es, económicamente hablando, siempre exitoso. Así, en el caso de realizar una reclamación frente a Air Berlin en el seno de un procedimiento en curso y obtener un pago, éste puede ser posteriormente impugnado y reclamado por el administrador concursal. En cualquier caso, tan pronto como se inicie el procedimiento de insolvencia definitivo, los procedimientos judiciales vigentes quedarán interrumpidos. Esto también afecta a las indemnizaciones legales que pudieran ser solicitadas por los consumidores en caso de eventuales cancelaciones de vuelos.

Fuera del procedimiento civil, la insolvencia de Air Berlin resulta también interesante. Mientras que la aerolínea Germana ha retirado su demanda contra el crédito de 150 millones del Gobierno, destaca el número de interesados en participar en la licitación de Air Berlin. A pesar de que Lufthansa es actualmente el candidato más prometedor, aún queda por ver si otras compañías aéreas se opondrían a semejante decisión.