En el curso de la digitalización, el Algorithmic Pricing es una nueva palabra clave en el derecho de la competencia. En el ámbito del ajuste de precios con soporte electrónico se cuestiona, cómo reaccionará la actual ley antimonopolio. La terminología en relación con el algoritmo o la Inteligencia Artificial aún no está clara.

Las políticas antimonopolios sancionan acuerdos expresos entre competidores. Si no existe interacción entre los protagonistas, no habrá sanciones. En este sentido, Algorithmic Pricing es una novedad. En base a una búsqueda electrónica- iniciada por un empleado- de precios comparables de competidores, el algoritmo adapta su propia oferta y su precio al nivel del precio leído. La clasificación como acción relevante de la ley antimonopolio tras el reemplazo del empleado por medidas electrónicas es un tema central. En el caso de sustituir el algoritmo una persona que hubiera hecho un acuerdo, esto supone un acuerdo desleal. Las complicadas reglas de precios del modelo electrónico pueden dificultar a las autoridades la búsqueda y la calificación de infracciones. Actualmente, la cualificación de una colusión - un acuerdo sobre precios que limita la libre competencia en el mercado - a través de ajustes de precios por algoritmos no plantea dificultades. La ley antimonopolio actual es, de momento, suficiente para hacer frente a infracciones basadas en las tecnologías, como los precios ajustados por algoritmos- más, porque hasta ahora no se conocen casos en los que los precios hubieran sido adaptados exclusivamente por algoritmos electrónicos.

No obstante, se dará la necesidad de adaptar la legislación vigente al futuro en el que las nuevas tecnologías podrán funcionar de forma más autónoma e independiente, lo que podría resultar difícil. El derecho de la competencia viene marcado por la normativa europea. Por tanto, en vez de tomar medidas nacionales aisladas, será necesaria una adaptación a nivel europeo, que llevará su tiempo.