La facturación electrónica en el IVA
La facturación electrónica se encuentra en el centro de una evolución normativa en España y en la Unión Europea. Este cambio responde a objetivos clave como la digitalización de procesos, el control fiscal y la lucha contra la morosidad. A continuación, se analizan los aspectos más relevantes de las reformas recientes y su impacto en el tejido empresarial.
La aprobación del Real Decreto 1007/2023 y la Ley 18/2022, conocida como “Ley Crea y Crece”, han establecido un marco para la implementación obligatoria de la facturación electrónica en el ámbito privado.
- Requisitos y plazos de implementación:
• Las empresas con facturación superior a 8 millones de euros dispondrán de un año desde la aprobación del reglamento para adaptar sus sistemas. Para el resto, el plazo será de dos años.
- Especificaciones técnicas:
• Las facturas electrónicas deberán cumplir con un formato estructurado y oficial, ser compatibles con las plataformas existentes que garantice su trazabilidad.
- Control de la morosidad:
• La facturación electrónica permitirá monitorizar el cumplimiento de los plazos de pago entre empresas, establecidos en 60 días según la Ley 15/2010.
• Las empresas que incumplan esta normativa serán penalizadas con la exclusión de subvenciones públicas y licitaciones.
Complementando las disposiciones de la “Ley Crea y Crece”, el sistema VERI*FACTU, introducido en el Real Decreto 1007/2023, desempeña un papel crucial en la modernización de los procesos de facturación al garantizar la integridad de los registros contables y fiscales. Entre sus principales características destacan:
La generación de huellas digitales (hash) para garantizar la integridad de los registros.
- La trazabilidad y la conservación de datos en formatos estructurados.
- La posibilidad de integración con libros registro de IVA, facilitando el cumplimiento fiscal.
La Unión Europea también avanza hacia la digitalización total con la Directiva 2006/112/CE y el proyecto VAT in the Digital Age (ViDA). A partir de 2028, las empresas deberán emitir facturas electrónicas intracomunitarias bajo la norma EN 16931 y reportar transacciones B2B en dos días, eliminando declaraciones recapitulativas mediante un sistema paneuropeo.
La implementación de estos sistemas representa un desafío significativo, especialmente para las pymes y microempresas. No obstante, también abre nuevas oportunidades:
- Optimización de procesos;
- Transparencia y competitividad;
- Acceso a subvenciones y contratación pública.
En conclusión, el paso a la facturación electrónica supone una modernización de los sistemas tributarios que ayuda a reducir el fraude y aumentar la eficiencia. Aunque puede ser un reto para muchas empresas, también ofrece oportunidades para mejorar y adaptarse al entorno digital. Es importante que las empresas comiencen a prepararse lo antes posible.