Nos está tocando vivir unos tiempos donde el control y el análisis sobre los datos son una parte fundamental en todos los procesos de las empresas y como no podía ser de otra forma, esta tendencia también llega al ámbito fiscal y de precios de transferencia. Entramos en una época, donde las autoridades fiscales de los países europeos están invirtiendo esfuerzo y recursos en el análisis de los datos que llevan años recibiendo a través de las distintas obligaciones de información que se han implantado en nuestros ordenamientos jurídicos y fiscales.

Para poder gestionar de forma eficaz las operaciones vinculadas, va a ser necesario tener completamente monitorizado tanto las operaciones vinculadas realizadas en los diferentes países, las políticas de precios establecidas y las consecuencias fiscales y financieras que dichas políticas generan a lo largo y ancho de los grupos multinacionales.

La documentación de precios de transferencia da únicamente una respuesta parcial o básica a las necesidades de análisis de las operaciones vinculadas, dado que, en la mayoría de los casos se realizan desde la óptica del “one side approach” y analizan únicamente las políticas de precios de transferencia sin entrar a valorar las consecuencias financieras de dichas políticas.

De poco sirve defender que una política de facturación de marca de un 2,5% entra dentro de los rangos de mercado obtenidos de un benchmarking, si la mitad de las filiales de un grupo generan pérdidas recurrentes o defender que una política basada en un beneficio “asegurado” para una determinada filial de riesgo limitado es de mercado, cuando las proyecciones financieras cambian de una manera tan brusca, que obliga a la compañía principal del grupo a entrar en pérdidas para poder hacer frente a los pagos a sus filiales.

La utilización y el análisis de los datos financieros de las compañías de un grupo nos puede ayudar a fortalecer las políticas de precios de transferencia, se pueden identificar ineficiencias en los modelos de negocio de las compañías, y ayudar a corregir riesgos que desde el análisis de la propia transacción no son visibles, así como a generar evidencias y un relato más estructurado sobre el principio de plena competencia.

Cada año se hace más patente que nos acercamos a una era de una transparencia mucho mayor que la del pasado y debemos estar preparados para afrontar revisiones fiscales con determinada información sobre las operaciones, precios y beneficios generados en todas las entidades del grupo y no solamente en la entidad local de un determinado país y es en este contexto, donde el control sobre los datos y la información se vuelve crítico.

Para navegar en el mar de transparencia en el que nos comenzamos a mover, el control sobre la información y el análisis de datos se ha convertido en una herramienta fundamental para la correcta gestión fiscal de las compañías.