Ciberdelincuencia: la nueva amenaza de las empresas españolas
La inesperada pandemia del Covid-19 ha venido acompañada del confinamiento forzoso de la población para lograr el distanciamiento social y evitar su propagación. Este hecho ha supuesto un importante reto para la continuidad de la actividad de la mayoría de las empresas españolas, ya que contamos con los niveles de implantación de teletrabajo más bajos de la Unión Europea. Por este motivo, las empresas españolas, no del todo preparadas, se han visto obligadas a sustituir en un tiempo récord la presencia fisica en las oficinas y los espacios comunes compartidos por los empleados en éstas por el teletrabajo. Este incremento del teletrabajo ha evidenciado la vulnerabilidad en la seguridad de los sistemas informáticos de muchas empresas y también del entorno doméstico desde el que ahora desarrollan su actividad muchos empleados. Estas carencias de seguridad han sido aprovechadas por los “ciberdelincuentes” quienes, desde que se inició el confinamiento, han aumentado exponencialmente sus ataques a las empresas españolas.
La actuación delictiva más común de estos últimos dos meses y medio ha consistido en ciberataques dirigidos al robo de credenciales mediante phishing y ficheros maliciosos, así como, las estafas. En concreto, las estafas se han materializado mediante la suplantación de identidades, donde a través de 'emails' los delincuentes se hacen pasar por un cliente, por un proveedor o incluso por un superior y utilizan el citado correo para realizar cambios en los datos bancarios de transferencias pendientes de efectuar, o incluso, directamente ordenando nuevas transferencias. El aumento de la ciberdelincuencia en estos últimos meses no hace sino confirmar lo que antes ya se presuponía y es que las actuaciones delictivas que se sucedan en el seno de las empresas se cometerán en el “ámbito virtual”, donde su persecución y enjuiciamiento hasta la fecha resultan todavía muy complicados para las autoridades policiales y judiciales, que cuentan con recursos limitados.
En consecuencia, ante la amenaza de un posible rebrote y mientras no exista una vacuna, el distanciamiento social va a obligar a muchas empresas en España a seguir apostando por el teletrabajo de sus empleados. Por este motivo, las empresas españolas deberán apostar por la prevención mediante la formación de sus empleados y, a su vez, mediante el refuerzo de sus sistemas de seguridad, especialmente en el entorno doméstico. Únicamente mediante la adopción de estas medidas podrán las empresas en España evitar que los ciberdelincuentes continuen aprovechándose de la falta de proximidad de compañeros y responsables y de la brecha digital de seguridad existente para la comisión de sus actos delictivos.