Los acuerdos de garantía de calidad se dan generalmente, en muchas cadenas de suministro, entre el fabricante y el comprador. Esto sucede en sectores en los que el nivel de exigencia en cuanto a calidad y seguridad es muy alto, como es en la industria automovilística, en la de ingeniería biomédica o en la industria farmacéutica, por nombrar sólo algunos ejemplos. Pero también en otros sectores es cada vez más importante por las entregas „just in time“.

A veces, parece que las partes, de manera equivocada, dan más importancia a los acuerdos de garantía de calidad que a los propios contratos de suministro. La típica diferencia entre el acuerdo de calidad (normas sobre calidad del producto y de seguridad en el proceso de fabricación) y el contrato de suministro (condiciones legales y comerciales prevalentes) queda difuminada. Ello es debido también a que los acuerdos de garantía de calidad suelen concluirse antes – y no raras veces incluso en su lugar – del contrato de suministro y de esto no es responsable el departamento jurídico sino el de compras.

Esta tendencia es arriesgada. Desde el punto de vista del fabricante debe asegurarse especialmente que se concluya un contrato de suministro y, de manera separada, un acuerdo de garantía de calidad. En el contrato de suministro se regulan, entre otras, las especificaciones del producto, las condiciones de precio y pago, las condiciones de entrega (p.ej. INCOTERMS), los acuerdos de limitación de responsabilidad, así como las cláusulas de elección de ley y de foro. Por el contrario, los acuerdos de garantía de calidad especifican los requisitos del proceso de fabricación, p.ej. la observación de la normativa ISO específica del sector; el detalle de las inspecciones de mercancías salientes o entrantes; el proceso de inspección del comprador; las responsabilidades por retirada del producto.

Los ámbitos de aplicación del contrato de suministro y del acuerdo de garantía de calidad se interfieren, por ello es importante coordinarlos con esmero para evitar contradicciones.